Reseñas
La UBA en disputa. La reforma universitaria de la izquierda peronista, 1973-1974.
Reseña de: Friedemann, S. (2021). La Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires. La reforma universitaria de la izquierda peronista, 1973-1974. Buenos Aires: Prometeo Libros, 356 páginasSíntesis de su trabajo doctoral, el primer libro de Sergio Friedemann se ubica en la intersección entre los campos de estudios sobre universidad y sobre la historia del peronismo. En él, el autor analiza el proyecto de reforma universitaria de la izquierda peronista haciendo foco en la rebautizada Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires. A través de un análisis en el que la variación de escalas incorpora hechos y procesos ocurridos al nivel de cada facultad y otros al nivel de la política educativa nacional, el autor reconstruye, a partir de los conflictos en torno a la universidad, las disputas intraperonistas que tuvieron lugar durante los años setenta, entre el retorno del peronismo al gobierno y la llegada de la última dictadura cívico-militar.
El libro puede dividirse en dos partes de seis capítulos cada una. A lo largo de la primera, el autor va componiendo un mosaico que sirve de contexto al proceso de reforma universitaria, en la que centra su mirada, aportando datos y claves interpretativas útiles para pensar su objeto. En la segunda, desgrana el corto pero intenso período en el que la izquierda peronista ocupó la dirección de la Universidad de Buenos Aires, las disputas intraperonistas, el retroceso de esa izquierda y su derrota final a manos de la derecha del movimiento luego de fallecido Perón.
Así, en el primer capítulo el autor centra la mirada en algunos rasgos generales del período de la historia argentina que se abre con el derrocamiento de Perón. Particularmente, analiza la manera en que el peronismo, en tanto identidad política en permanente construcción, se reconfigura y se articula con otras tradiciones políticas a la luz de las transformaciones que tuvieron lugar en el mundo en los años sesenta. Entre estas reconfiguraciones, presta especial atención a la articulación entre marxismo y peronismo que dio lugar al surgimiento del heterogéneo campo de la izquierda peronista y a la sensible expansión de las bases sociales del peronismo, producto del giro a la izquierda de los sectores medios y de la peronización de numerosos actores provenientes del ámbito universitario.
A continuación, en los capítulos 2 y 3 prosigue trabajando sobre la cuestión del acercamiento de los sectores universitarios al peronismo, analizando el fenómeno desde diversas aristas. El capítulo 2 lo hace desde un ángulo novedoso: la peronización ya no es observada aquí en tanto proceso social, sino como un proyecto político e intelectual de Perón y de los peronistas. Basado en un nutrido corpus documental que en buena medida se halla inédito, el autor reconstruye diversos fragmentos de la correspondencia del líder exiliado con dirigentes del peronismo en el país y da cuenta de la relevancia que tiene el problema de la universidad en sus relaciones epistolares con diversos dirigentes. El capítulo 3 analiza las miradas de distintos intelectuales acerca de la relevancia y la magnitud del proceso de “nacionalización” y “peronización” de los sectores medios. En él, el autor describe la forma en que John Willam Cooke, Arturo Jauretche, Hernández Arregui y Rodolfo Puiggrós piensan a los sectores medios y sus observaciones en relación con el giro a la izquierda y la aproximación al peronismo de estos.
A continuación, los capítulos 4, 5 y 6 analizan distintas aristas del proceso en el que se enmarca la reforma universitaria de la izquierda peronista. En el capítulo 4, el autor reconstruye la trayectoria de Rodolfo Puiggrós, quien fue designado rector interventor de la Universidad por el gobierno de Héctor Cámpora. En la biografía de Puiggrós se pueden apreciar con claridad el acercamiento del peronismo a la izquierda y la peronización de sectores provenientes de esta tradición intelectual. Tanto en el derrotero de Puiggrós, como en la relación epistolar que este mantuvo con Perón, están presentes una serie de operaciones intelectuales y desplazamientos que permiten reconstruir la riqueza y la complejidad del contexto que dio lugar al surgimiento de la izquierda peronista. Las lecturas marxistas de Puiggrós sobre el peronismo y la definición del justicialismo como “socialismo nacional” por parte de Perón desde mediados de los años sesenta dan cuenta de este acercamiento, nunca exento de tensiones y de carácter siempre inestable.
El quinto capítulo se dedica a analizar la cuestión generacional. Desde una perspectiva que pone el énfasis en la relación entre distintas generaciones de militantes y dirigentes, el autor propone una mirada novedosa sobre un fenómeno ya largamente analizado: la irrupción de los jóvenes en la política y la relación con sus padres y maestros. Al respecto, afirma que, en algunos casos, la idea de un diálogo entre generaciones (que complementa o matiza la de ruptura) resulta útil para explicar ciertos procesos, que el autor denomina de “formación intergeneracional recíproca”, a través de los cuales los padres devinieron “hijos de sus hijos”. Este acento puesto en las relaciones paterno-filiales le resulta útil a Friedemann para explicar fenómenos como el acercamiento de gobernadores, ministros y dirigentes del primer peronismo a la izquierda, que no implicaron necesariamente la incorporación de esas figuras a las organizaciones revolucionarias.
Cerrando esta primera parte, el capítulo 6 se centra en analizar lo que el autor denomina “experiencias configuradoras” de la Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires; es decir, una serie de armados, prácticas o ensayos institucionales que, desarrollados al interior, en los márgenes o por fuera de las instituciones, contribuyeron a la elaboración del contenido de la reforma universitaria implementada luego del retorno del peronismo al gobierno. Estas experiencias, institucionalizadas durante la reforma y posteriormente canceladas por la derecha peronista, fueron implementadas por figuras que tendrían un lugar central en la política universitaria de 1973. Los casos del Consejo Tecnológico del Movimiento Peronista creado bajo la dirección de Rolando García, las Cátedras Nacionales y las redes de profesionales peronistas son algunos de los ejemplos mencionados en el libro.
Integrada por otros seis capítulos, la segunda parte del libro está dedicada al análisis del proceso de reforma. Para empezar, el capítulo 7 se centra en la intervención de la universidad y en la sucesión de rectores que estuvieron al frente de la institución durante el lapso que duró aquel. En su análisis, el autor destaca la capacidad de la Juventud Universitaria Peronista (JUP) para participar de la toma de decisiones al interior de la Universidad, constituyéndose en un actor con un poder de veto basado en su capacidad de movilización entre el estudiantado, y en un contexto en el cual los avances de la derecha peronista sobre las posiciones de la “Tendencia Revolucionaria” convertían la universidad en el último bastión en poder de la izquierda peronista. A su vez, el capítulo 8 ofrece un recorrido por las distintas facultades de la UNPBA, analizando los procesos de designación de las máximas autoridades de cada una de ellas. A partir de esta mirada, el autor da cuenta de la heterogeneidad que existió al interior de la izquierda peronista, de las tensiones y de los procesos de negociación entre los diversos sectores. Como dato llamativo, aparece la alianza con organizaciones que no necesariamente integraron la izquierda peronista, como Guardia de Hierro, y con figuras ubicadas en otros segmentos del espectro ideológico del peronismo, como Vicente Solano Lima. En un sentido similar, la reconstrucción realizada por Friedemann también da cuenta de las tensiones existentes al interior de Montoneros, organización que se había vuelto hegemónica dentro de la izquierda peronista, a partir de sus rupturas internas y el surgimiento de la Juventud Peronista Lealtad.
Los capítulos 9 y 10 abordan las características centrales de la reforma. En el primero de ellos, el autor analiza la concepción del sujeto de la educación universitaria y la propuesta pedagógica postulada por los reformadores, poniendo el acento en el ingreso irrestricto y en la implementación de propuestas pedagógicas novedosas, y reconstruye las críticas y dificultades con que se toparon los protagonistas en sus intentos de hacer efectivos sus postulados. En el segundo, Friedemann aborda la relación entre la universidad y la sociedad, a partir de la política de vinculación externa, la política de investigación y el diseño institucional elaborado por los reformadores. Aunque buena parte de las iniciativas analizadas no llegaron a ser puestas en funcionamiento o tuvieron una existencia efímera, a través de las resoluciones institucionales que las crearon y de entrevistas a sus protagonistas el libro reconstruye las aspiraciones y objetivos que persiguieron sus promotores. La idea de una institución universitaria al servicio de la liberación aparece en este punto como una de las ideas-fuerza más importantes del proyecto de reforma.
Por último, los dos capítulos finales se centran en la institucionalización de la reforma y en el avance de la contrarreforma de la derecha peronista, respectivamente. En el primero, el autor reconstruye el derrotero del proceso de institucionalización de la reforma universitaria durante la primera mitad de 1974, analizando las tensiones, negociaciones y puntos de resolución que se expresaron en la Ley Taiana. Allí, el autor problematiza aquellas lecturas que identifican la Ley de Educación Superior como expresión del proyecto político de la izquierda peronista, y postula que la ley da cuenta de un equilibrio que ya comenzaba a mostrarse adverso a esa izquierda. En el último capítulo, y en espejo con el anterior, Friedemann da cuenta del avance definitivo de la derecha peronista en la universidad durante el segundo cuatrimestre de ese mismo año, a partir de la muerte de Perón. La intervención de la universidad, el desplazamiento y persecución de las principales figuras del proceso anterior, el giro represivo en la política al interior de las facultades, la “misión Ivanissevich” y la gestión de Ottalagano aparecen como los rasgos principales de este proceso de contrarreforma que tuvo como principal objetivo anular las medidas de la gestión anterior y perseguir a sus impulsores.
A lo largo de este recorrido, el autor realiza una serie de aportes valiosos a las discusiones en torno al trabajo con las memorias y el pasado reciente, y reflexiona sobre las potencias y los límites de algunos enfoques con los que dialoga a lo largo de su texto. En primer lugar, Friedemann utiliza la categoría analítica “izquierda peronista” para hacer alusión a “una zona político-intelectual de múltiples manifestaciones, conformada por organizaciones políticas, político-militares y sindicales, referentes intelectuales, círculos culturales, publicaciones y prácticas militantes. Ella conservaba, detrás de esa multiplicidad, un elemento unificador: la articulación en su seno de distintas versiones de la tradición marxista y la identidad peronista” (pp. 45-46). Esta categoría, elegida entre otras alternativas analizadas por el autor en el capítulo 1, permite dar cuenta de la heterogeneidad del espacio al que hace referencia cada vez que es empleada.
Destacar el carácter heterogéneo de ese gran actor colectivo al que Friedemann denomina izquierda peronista contribuye a poner en cuestión ciertos relatos, circulantes en trabajos académicos, periodísticos y testimoniales, que tienden a subsumir esa diversidad dentro de la organización Montoneros, con lo que se pierde en buena medida la riqueza de los proyectos y apuestas políticas que nutrieron ese espacio, y que excedían en buena manera a dicha organización.
Además de correrse de los abordajes “montoneristas” de la cuestión, la investigación del autor, así planteada, resulta un aporte valioso para restituir la dimensión política de los proyectos en pugna durante los primeros años setenta, aportando una mirada “no violentológica” del pasado reciente. Lejos de situar la violencia como aspecto central de ese período histórico, el trabajo de Friedemann restituye la racionalidad de los actores que, empuñando o no las armas, buscaron transformar la Argentina mediante la llegada del peronismo al poder. En este sentido, este libro no sólo aporta una mirada rica en matices dentro del amplio espectro de la izquierda peronista, sino que también logra restituir los proyectos y apuestas políticas divergentes al interior de todo el peronismo, evitando reduccionismos o simplificaciones a izquierda o derecha. Un claro ejemplo de ello son las reflexiones en torno a las alianzas de la JUP con Guardia de Hierro o las tensiones en torno al surgimiento de la JP-Lealtad, que se vuelven aportes relevantes para complejizar la ubicación de los diversos actores en el complejo abanico político-ideológico de la época.
Por último, el presente libro, publicado en el año del bicentenario de la UBA, restituye en el debate la complejidad de un período ignorado por las memorias oficiales. Habitualmente dejado a un lado en la bibliografía sobre universidad y en los discursos políticos desde el retorno democrático hasta la actualidad, el proyecto de reforma universitaria de la izquierda peronista fue olvidado, y la Universidad recuperó el estatuto sancionado por el gobierno de Frondizi. En este sentido, la recuperación de la experiencia de la universidad del 73 cobra un valor especial porque recupera para la historia de la universidad, del peronismo y de la Argentina en su conjunto la memoria de un proyecto derrotado. Si, al decir de Gramsci, los rastros de las iniciativas de los grupos subalternos son de valor inestimable para el historiador, la reconstrucción de la reforma universitaria inconclusa de la izquierda peronista resulta atractiva, además, porque buena parte de las preguntas y problemas que movieron a los reformadores siguen aún pendientes de respuesta.