Sociohistórica, nº 54, e242, septiembre 2024 - febrero 2025. ISSN 1852-1606
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Centro de Investigaciones Socio Históricas

Reseñas

Barajar y dar de nuevo. Un nuevo marxismo para el siglo XXI. Reseña de Acha, O. (2023). Marxismo e Historia: Deconstrucción y Reconstrucción del Materialismo Histórico. 1a Ed. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Prometeo Libros, 242 pp.

Cipriano Ferreyra Harvey

Universidad Nacional de La Plata, Argentina
Cita recomendada: Ferreyra Harvey, C. (2024). Barajar y dar de nuevo. Un nuevo marxismo para el siglo XXI [Revisión del libro Marxismo e Historia: Deconstrucción y Reconstrucción del Materialismo Histórico por O. Acha]. Sociohistórica, 54, e242. https://doi.org/10.24215/18521606e242

En 1977 cuando el malestar en la cultura comunista se hacía cada vez más indisimulable, el enfant terrible del PC francés Louis Althusser celebraba, provocador, la llegada de la crisis del marxismo. Perspicaz, el filósofo estrella del estructuralismo vaticinaba una posibilidad creativa. Se trataba de enfocar de un modo constructivo el problema, colocando en el centro de la discusión aquello que verdaderamente entraba en crisis, siendo para él, no tanto las teorías y conceptos de Marx, sino lo que la doctrina marxista había instaurado como canon en los casi cien años que transcurrieron luego de su muerte. Según esta lectura, no había que lamentar, sino festejar los vientos de cambio, dado que traían consigo una oportunidad de liberación de todo aquello que condujo a un laberinto irresoluble a la tradición marxista.

Tan solo unos pocos años después, no obstante, el destino tenía otros planes y el devenir histórico siguió un curso menos esperanzador que aquel dilucidado por el autor francés, cuya biografía pareció incluso representar los derroteros de la teoría. Mucha agua corrió bajo el puente desde entonces, pero la tarea de repensar el marxismo que encerraba esa proclama de los 70’ conserva su actualidad y se demuestra todavía como una asignatura pendiente. Y es precisamente en esa inflexión donde podemos situar el libro de Omar Acha que presentamos a continuación.

Problematizar los modos de leer e interpretar ha sido quizás de las dimensiones más importantes en el avance de nuestro conocimiento histórico sobre las formas en las que se manifiestan las categorías mediante las cuales entendemos el mundo. En un largo registro que comprende desde los primeros combates que versaron sobre la correcta interpretación de la palabra de Dios en el seno de la Iglesia hasta el surgimiento de la hermenéutica como un campo particular de la filosofía; se ha desarrollado en las últimas décadas una dimensión del quehacer historiográfico que toma por objeto ya no las ideas en abstracto sino las corrientes discursivas y sus complejas maneras de producción y reproducción en la sociedad.

Esta dimensión de contornos borrosos hoy día se tiende a estudiar bajo el paraguas de la historia intelectual y es necesario remarcarlo porque el libro que presentamos a continuación se nutre de este tipo de enfoques, aunque se sitúa de forma ambigua frente a dicha herencia historiográfica, dado que no constituye, a priori, un estudio de historia intelectual ni de historia conceptual específico. Sino que se pretende como una suerte de caleidoscopio de textos que, producidos en distintos momentos, se aúnan bajo un denominador común: la deconstrucción y posterior reconstrucción del materialismo histórico, con el objetivo final de incidir fuertemente en la reconfiguración de la teoría social crítica contemporánea.

Así las cosas, los diferentes artículos reunidos en el presente libro se dividen en dos secciones, siendo la primera sección quizás la de más densidad teórica dada la necesidad de repasar ciertas discusiones clásicas en la marxología para encuadrar la tesis defendida por el autor. En dichas páginas se puede seguir el proceso deconstructivo del sustento argumental que subyace a la fórmula del materialismo histórico clásico y la tradición teórico-política que comúnmente llamamos marxismo.

Desmenuzando su estructura, a su vez, dicha primera parte se puede diseccionar en otras dos mitades, diferenciables por el corpus documental que Acha selecciona en cada una para revisar y fortalecer su hipótesis de trabajo. Así por ejemplo, en los primeros dos capítulos el análisis se centra exclusivamente en el corpus de textos marxiano (entendiendo por esto los trabajos del pensador alemán y aquellos en coautoría con su inseparable compañero de ruta Friedrich Engels) mientras que en los capítulos 3 y 4 el enfoque se orienta más a la calibración de las propuestas que diversos autores del siglo XX han elaborado para la discutir las insuficiencias del materialismo histórico. En este sentido se pasa revista a nombres de la talla de Jurgen Habermas, Louis Althusser y Toni Negri. Mientras que un capítulo especial es dedicado al autor cuya obra presenta más afinidad con el carácter de la empresa que Acha quiere llevar adelante, el historiador canadiense Moishe Postone, impulsor de la Nueva Lectura de Marx.

El objetivo del autor del presente volumen es contundente, demostrar tras una minuciosa lectura que en la obra de Marx, pero sobre todo en las así llamadas “obras de madurez”, el filósofo alemán desarrolla una crítica de la historia universal como ficción ideológica necesaria de la mundialización de la forma capital a través de la expansión sostenida del mercado mundial. Acha encuentra en esta génesis de crítica del concepto de Historia el grado cero de una teoría crítica de la sociedad capitalista que es, ante todo, incompatible con la clave interpretativa más extendida entre seguidores y detractores del pensador alemán. Dado que es habitual toparse en las bibliotecas de ayer y hoy con numerosos títulos que, más allá de sus múltiples matices, coinciden en codificar al marxismo como una filosofía de la historia cuyo valor explicativo universal de las transformaciones sociales se cifra precisamente en su carácter transhistórico.

Para conjurar el encanto de dicha interpretación, que aún goza de buena salud, Acha intenta explicitar las condiciones de posibilidad que hicieron posible el surgimiento de una lectura de este tipo, para lo cual invoca la fórmula del “equívoco racional”, mediante la cual, amén de un importante despliegue de erudición fiel a su estilo, rastrea la fuente del yerro a las propias contradicciones que habitan la obra de Marx. Siendo una parada obligatoria en este tour de force el examen crítico del remanido Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía Política de 1859. Texto clave para la sacralización de la “concepción materialista de la historia” que siguió a la muerte del oriundo de Tréveris, dada la significancia posterior que tuvo la metáfora arquitectónica de la base y la superestructura. Cabe destacar en dicho bloque la suma importancia de la discusión con el marxismo analítico de Gerald Cohen, una versión modernizada de la concepción tradicional del materialismo histórico universalizante y determinista.

Es importante destacar que el proyecto de reconstrucción del materialismo histórico por el que aboga el historiador argentino, quien opta curiosamente por mantener la fórmula clásica del materialismo histórico, amén de someterlo a una crítica profunda, es bastante claro en su apuesta por desmontar aquello que Sartre había colocado como el horizonte insuperable de nuestro tiempo. Acha no comulga con esta tesis y remarca en múltiples pasajes del libro que la crítica de la economía política no es suficiente, aunque sí esencial, para la construcción de un programa de investigación de la sociedad contemporánea que comprenda las múltiples dimensiones de la dominación social. Esferas que pueden articularse con la lógica del capital aunque no se originen necesariamente en ella y pertenezcan a temporalidades diversas y de más larga duración como el patriarcado o las formas religiosas monoteístas.

Es así que una de las discusiones nodales que son tratadas en el volumen refiere a los problemas esenciales del viejo materialismo en su incapacidad de dar cuenta exitosamente de las temporalidades múltiples que se entrelazan en el espacio social. Es en este sentido que se explica la segunda mitad del libro, una serie de capítulos que tratan mayormente sobre problemas de historiografía, desde los desafíos planteados por la nueva historia global y la inflexión transnacional en el capítulo 5; pasando por la rebelión teórica de marxistas como el inglés Edward P. Thompson y el boliviano Rene Zavaleta Mercado contra la idea mecanicista de historia subyacente al materialismo histórico clásico en los capítulos 6 y 7; hasta la relación entre marxismo e historia intelectual en el mundo y en la academia argentina en el capítulo 8.

Este enfoque se justifica por lo que el autor intenta recuperar como insumo para la renovación del materialismo histórico, donde el problema de la historicidad es necesario para revisar aquella ancla ideológica de la temporalidad lineal en el marxismo clásico. El recurso a Thompson es utilizado con esta meta, siendo que aún atrapada en los moldes parcialmente deconstruidos del viejo materialismo histórico, la obra thompsoniana, enmarcada en un diálogo artificial pero no menos inteligente con la obra zavaletiana, interrelaciona historia y teoría a partir de una reflexión epistemológica sobre el problema de la universalidad de las categorías en las ciencias sociales. A partir del desglose de las categorías de clase y multitud, Acha encuentra un antídoto a la tendencia universalizante del marxismo clásico, rechazando aquello que la tradición consagró como ciencia positiva de la historia, para recuperar en los clásicos una teoría crítica de la sociedad capitalista.

Es este un libro ambicioso que no se acaba en sí mismo, sino que busca impulsar de forma colectiva la construcción de una nueva teoría crítica que represente un salto acorde a la época que nos toca vivir, la tercera década del siglo XXI. En un mundo subsumido como nunca antes en la lógica del valor, donde la forma capital avanza en profundidad colonizando hasta las emociones y vínculos humanos, que empuja en extensión sus fronteras incluso hacia el espacio exterior, es menester desembarazarse de los yerros y disputas perimidas del siglo XX para incorporar sus avances en diversos campos como el feminismo, el psicoanálisis, el giro lingüístico y el ecologismo en pos de una crítica con sustento científico y una vocación política por la emancipación humana.

Recepción: 08 Febrero 2024

Aprobación: 18 Abril 2024

Publicación: 01 Septiembre 2024



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